La tecnología de iluminación LED se inventó hace más de 40 años, sin embargo, la industria lo vende como una novedad tecnológica.Lo cierto es que la utilización de iluminación led se ha popularizado en la última década debido a la bajada en el coste de fabricación de estos, lo que por fin ha hecho rentable su comercialización, pero la tecnología que la sustenta ya es antigua. En la búsqueda de fuentes de iluminación más eficientes y baratas, científicos de la Universidad de Tohoku en Japón han desarrollado el que podría ser el digno sucesor de la iluminación led para los años venideros de este siglo XXI. Se trata de un nuevo sistema de iluminación basado en los Nanotubos de carbono.
Los nanotubos de carbonos son estructuras tubulares (cilíndricas) de carbono, cuyo diámetro no pasa del nanómetro. Estos nanotubos tienen propiedades especiales que los hacen muy valiosos en diversas áreas de aplicación tecnológica, como la nanotecnología o en el campo que nos ocupa, en la iluminación. Existen diversos tipos de nanotubos en función de como se estructuran los átomos de carbono.
Las investigaciones en el campo de la iluminación han demostrado que los nanotubos de carbono se pueden utilizar para el desarrollo de una fuente de luz mucho más eficiente que el led. Pudiendo llegar a consumir 100 veces menos energía.
En su desarrollo, los científicos han basado su funcionamiento en la utilización de una pantalla de fósforo y una sola pared de nanotubos altamente cristalinos como electrodos en una estructura de diodo. De esta forma su funcionamiento se asemeja al de los tubos de rayos catódicos, donde los nanotubos hacen las veces de cátodos y la pantalla de fósforo en una cavidad de vació hace las veces de ánodo.
Los nanotubos de carbono cuando se encuentra bajo un fuerte campo eléctrico, emiten haces de electrones apretados a altas velocidades a través de sus puntas, un fenómeno conocido como “emisión de campo”.
Para el ensamblado del dispositivo se ha utilizado una mezcla líquida formada por un disolvente orgánico en combinación con un producto químico similar al jabón, que se conoce como agente tensioactivo. Con la mezcla se pintan los cátodos para posteriormente rascarlos con un papel de lija, tras lo cual se forma un panel de luz capaz de producir una emisión estable y homogénea con bajo consumo de energía.
El primer panel que se ha construido tiene una eficiencia eficiencia lumínica, de 60 lúmenes por vatio/hora , lo que confiere un gran potencial de ahorro energético a esta nueva tecnología.
Los expertos consideran que con el tiempo esta tecnología se puede mejorar y aumentar considerablemente la eficiencia energética, llegando a cotas nunca imaginadas en dispositivos relativamente simples.